Saturday, July 21, 2007

Derribar el mito ha sido lo más extraordinario

Una nave espacial que simulaba pertenecer a una civilización extraterrestre fué encontrada en un galpón en medio del campo en la localidad de Coelemu, Chile.
No se ha logrado pesquizar quien o quienes han sido el cerebro de este extraordinario trabajo, pues no existe rastros que guíen aunque sea en forma indirecta a posibles sospechosos.
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Oscar Mendibur, dueño del predio en donde se encuentra dicha instalación, se ha mostrado tan sorprendido como todos quienes han sido informados del hecho; se trata de un empresario ariqueño que heredó dicho fundo de un tio abuelo fallecido hace 17 años, primera y última vez en que don Oscar visitó la localidad de Coelemu para conocer las tierras heredadas.
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Los planos encontrados dentro de la nave hablan de un atentado a gran escala, el que, en síntesis, comprendía un paseo por todo el globo terráqueo con escala terrorista en cada una de las universidades del planeta, las que serían destruidas con misiles teledirigidos de a una por una.
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El rector de la Universidad de Oklahoma, Santa Mónica, EEUU, Carolina del Norte, condado de Weedland, viajó a Coelemu para revisar el motor de la aeronave, y se encontró con la sorpresa de que el combustible utilizado no era de origen fósil, sino simplemente un extraño gas que consiguieron separar del fermento que expele el brote de brócolis expuesto constantemente a una temperatura superior a treinta y siete grados.
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Al inspeccionar exhaustivamente dentro de la nave se encontró un sinnúmero de discos compactos grabados con música en formato mp3, periódicos nacionales e internacionales, una colección de revistas Condorito, un nuevo testamento muy a mal traer, y varias repisas atestadas de alimentos envasados como atún, fruta en conserva, pastas, sopas, leche y jugo deshidratados, sal y pimienta.
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Se especula que existe información que las autoridades han preferido mantener en secreto para no interferir en el buen avance de la investigación, pero lo bullado del caso hará difícil mantener fuera del asunto a los medios de todo el planeta reunidos en Coelemu.
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Los negociantes y población general de Coelemu han sido los grandes beneficiados con todo esto, mas hasta la fecha existe un déficit de sitios para hospedarse y productos básicos para abastecer a los casi dos millones de visitas.
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AÑO 2008

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El canto como forma de comunicación se asocia a sus practicantes por excelencia, los pájaros, sin embargo existen puntos comunes entre las aves y los cambios de tono que utilizan los seres humanos para agregar dimensionalidad a sus mensajes.
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Luego de sepultar al año dos mil siete en un festivo velorio, corresponde vivir el duelo. Me entristece profundamente saber que jamás volveré a ver al año dos mil siete más que solo en imágenes; ver sus fotografías sonrriente cuando corría la primera semana de enero de hace un año atrás, aquel neonato dos mil siete cuya inmolación me parecía tan lejana como hoy la del inefable dos mil ocho, misterioso, lleno de muerte y pecado, lleno de sexo, de lluvias y de almuerzos, ¿cuantos almuerzos tengo por delante hasta ya sentirme inmerso en el dos mil ocho?. Más encima mi cumpleaños cae día domingo
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Más encima descubrí que el maldito mes de abril es el único que no termina en vocal.
Tú, buen Carabinero, celebra tu día en febrero
Tú, buen repostero, prepara la torta en febrero
Tú, trabajador textil, celebra tu día en abril
Pero encarga la torta en febrero
Hay mucha demanda de tortas
Precuasión.
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El ave elefante macho dilataba el ritual previo al coito durante dos meses, día y noche. La hembra, asombrada por la persistencia de su pretendiente, se dejaba poseer y, luego, en un acto de amor desovaba un huevo infértil que preparaba frito y daba de comer en el pico al semental exhausto.
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Friday, July 20, 2007

Continuará...

En la calle presenciando de todo puse ojo más agudo en algunas situaciones que para mi gusto resultaban más llamativas, así me econtré con la cursilería de un marino enamorado sentado junto a su prometida en un escaño de la plaza, la seriedad de un carabinero patrullando en moto, la enajenada pasión de un viejo religioso protestante predicando biblia en mano, la sonrisa imborrable de una mujer joven con cara de adulterio bajando de un auto lustroso y la frágil serenidad de una pareja de ancianos de vuelta de hacer algunas compras.
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En lo que no me había fijado hasta ese momento era en mí, sepultado en el calor del mediodía mientras intentaba olvidarme y hacerme creer fuera de la decadente burbuja humana que respira el aire viciado, incendiado por la energía derramada sin dirección alguna, en una carrera agotadora que encuentra respiro parcial de tanto en tanto gracias al refrescante sabor de una coca-cola bien helada.
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En las siguientes líneas para seguir con la decadencia utilizaría palabras miserables como "rastrojo", pero no lo haré porque me parece tan cursi como marino enamorado (o enamorando). Es así como preferiré continuar expresándome en términos vulgares, pero siempre intentando llegar por lo menos a media cima para explicar sensaciones, emociones y pensamientos.
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Y así, sucediéndose los pensamientos de forma no tan ordenada seguí camino a todavía no se donde, mi fuerte no son los finales, porque en realidad el final es lo que menos me importa, mal que mal, es el fin.

Cierre de transmisiones

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Entre tanto recorrer espacios mentales mientras me desplazo en otros físicos, ya pierdo la noción de cuales son cuales o tales, y entonces comienza a aparecer frente a mis ojos la fusión que muchos llaman confusión, pero que sin embargo tiene bastante que decirnos, el mandala mismo que ha de abrirse con esfuerzo, con una piscola, con drogas, haciendo deportes, meditando, arando la tierra o en el orgasmo de morir.
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Reunidos en un grupo de teatro local charlábamos sobre la mediocridad de los servicios públicos liderados mediáticamente por el malnacido transantiago que fuera de la región metropolitana a nadie le importa; salió entonces a flote el tema de las minorías silentes que muchas veces son mayoría pero prefieren vivir en el espacio obnubilado u obnubilante de la convivencia vecinal y las conversaciones inducidas por el escándalo de última hora ocurrido en una discotheque capitalina o tal vez bonearense que protagonizaron tres modelos, un futbolista, doce fotógrafos, de los cuales siete eran homosexuales, dos prostitutas y una cantidad fluctuante (dependiendo la ocasión) de alguna especie en peligro de extinción con serias intenciones de reproducirse masivamente (como un bailarin de axé).
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La charla corría viento en popa hasta que llegó la hora de cerrar el local y caminar a casa con una helada terrible, paradójico producto del calentamiento global, y espesa neblina que al respirarse parecía una especie de puré congelado que iba de apoco enfriando y contrayendo mis fosas nasales, bronqueos y pulmones, hasta llegar finalmente al malogrado tendón de aquiles.
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En la caminata interminable y sobrellevable solo gracias al plano mnémico de la ciudad que conservo en mi mente hasta que el Ministerio de Obras Públicas me diga lo contrario, me encontré con exóticos personajes que hicieron de mi infancia de hijo único un mundo menos triste, entre ellos el correcaminos, hi-man, el profesor rossa, el capitan planeta, los cazafantamas, la pandilla, el gordo alberto, denber el dinosaurio, patricio aylwin y las ardillas, y los retardados mentales de scooby doo, la caricatura más repudiable de todos los tiempos.
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El riesgo potencial de ser asaltado por algun sujeto que yo mismo he sido culpable de mantener excluido de nuestra sociedad (comentario para complacer a los cristianos que lean esto), esta vez no me dio miedo, entre otras cosas porque solo traía conmigo mi reluciente carnet de identidad y tres monedas de cinco pesos igualmente relucientes que seguramente terminarían en una repisa, cenicero, o providencialmente convertidas en "ambrosolis".
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Caminaba, como ya dije, recorriendo una desordenada galería de mi infancia, muchas veces invalidada por imágenes pornográficas que aparecían como atentados terroristas imposibles de atajar, hasta que en la puerta de mi casa regresé al frío para buscar las llaves que en ese momento identifiqué como ausentes, y claro estaba, el carnet nunca estaba sólo, iba al lado izquierdo con las llaves, y al lado derecho el vil dinero que en esta ocasión no sobrepasaba los quince pesos.
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Finalmente entré por la ventana del baño y mi madre despertó justo cuando sacaba un trozo de budín de zapallo italiano del microondas con grill que este año nos trajo el viejito pascuero.



Cumpleaños


Casi 20 personas logró congregar el día de ayer el Papa Toribio Segura en el frontis de la catedral Santa Mostaza de Trillizos, para celebrar su cumpleaños número veinticuatro.
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La ceremonia finalizó en el hotel Radison, donde los mismos padres del Sumo Pontífice "hospiciaron" como maestros de ceremonia.
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Una vez abiertos los regalos, su santidad se refirió a temas peliagudos como el lanzamiento muy próximo de la nueva consola de Sony, e increpó severamente a quienes catalogaron a La Iglesia como "un circo decadente".
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La nota graciosa de la fiesta fue la ruptura de la piñata, la que este año contenía pequeñas tarjetas con nombres de personas cercanas a Su Santidad, con el fin de iniciar un juego de amigo secreto a celebrarse en año nuevo.
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Friday, July 06, 2007

Los pájaros negros

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Una bandada de pájaros negros dejó mi pecho florecido al escapar desde mi interior y desgarrarme hacia fuera.
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Escapó junto a ellos mi corazon placentario que nutrió su silencio durante toda una vida y ahora su huida.
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Estoy tirado de espaldas sin dolor alguno y en mi pecho ya no hay pecho sino un forado escupiendo coágulos cada tanto.
Sólo quedan los pájaros negros en mi cabeza que les da de comer, quedan los árboles donde duermen también, queda el cielo negro estrellado que los acoje en mis sueños estelares. Son cuervos siderales de negro y brillante plumaje, repudiables como el odio, imposibles como todo.
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Sin embargo de algun modo me seducen, yo no los quiero fuera, aunque dentro me lastiman no los quiero fuera. Son como el dolor, como la pena, no se comparten dichas condenas. Son repudiables pero me intrigan, me seducen traicioneros, son gigantes pero a veces se deshacen como el viento.
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Indefinibles se me han presentado como pájaros, tal vez son ecos o reflejos, mas su color no es otro sino negro, negro remordimiento, negro pensamiento.
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Hoy los ví salir desde mi pecho, vi el árbol en que se alojan, vi el cielo que los acoje, reviví el duelo de tenerlos bajo una piedra condenada, frente a mis ojos turbulentos, o en el espacio entre las estrellas donde sus ojos brillan celosos y donde el luto de sus alas se confunde con el negro del inmeso y oscuro silencio.
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