Atardecido mis miserias opacas relucen
Encuentran su momento
El instante gris más breve del día
Donde todo asemeja suburbio
Prefiero creer que no soy yo
Que el día atardecido es para otros
Que la noche acabará con las ideas
Y luego volverá a salir el sol
Con su luz que todo reduce a contenidos visibles.
No ha cabido el tiempo aún
No han colisionado los espacios que ocupamos
Pero algo común quedó emposado en la huella de recuerdos vagos
Una amistad probable
Columpiándose en el límite del presente y el futuro.
¿Qué fue de las personas no ajenas que no se acercaron?
Las sigo viendo con una distancia extraña
Como los amigos que no fueron
Como una parte de mí no explorada
No así aquél totalmente distante
Que desde su presencia imaginaria igualmente confluye en mi
Estos casi amigos que nunca lo llegaron a ser
Representan verdaderamente lo incierto de mi esencia
¿No lo intentamos?
¿No lo intenté?
Hay un cariño, sí, pero melancólico para ellos
Que tras sus vitrinas de vidas que no cruzan con la mía
Siguen existiendo
Aparentemente felices
Cómo saberlo
No son mis amigos
Son apenas los ovarios estériles
De una amistad potencial que claudicó en mi vida.
El problema no es estar perdido
El problema es encontrarse a cada rato
Y no saber qué hacer con eso
.
Perderse es más fácil
Es depender exclusivamente del destino
De la suerte
De Dios.
El tiempo es solo mío
Perseguirlo es inútil como arrancar de un fantasma
No se avanza
.
No hay un punto más relevante
Que aquél último aún escondido bajo el lápiz
Prolongándose en cada palabra entendida como acción.
