Tuesday, November 10, 2015

la novela que nunca escribí

Se trata de un amor imposible, como la mayoría de los amores, y se trata también de alguien que no acepta aquello.
La novela que nunca escribí se trata de sexo, de comida, de excreciones varias, de pensamientos sádicos contra todo el mundo; de deseo, dominación y entrega absoluta, de eso se trata.
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La novela que nunca escribí se trata de ti y de todos los demás, se trata quizá principalmente de todos los demás, o más aún, se trata de todos aquellos que no existen pero que podrían haber existido si no existieran todos los demás. Se trata de sentimientos convertidos en personas y viceversa. Se trata de demostrar lo incoherente del mundo y de las decisiones de las personas. Se trata de demostrar que todo carece de sentido, aún cuando su sentido sea la médula de nuestra existencia.
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La novela que nunca escribí se trata de sexo, sobre todo de sexo, y del amor que surge antes y durante el sexo. Se trata del coito, se trata de mi necesidad de escribir sexo y escribir coito, varias veces.
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La verdad, se trata de olores, de colores, de emociones y de formas. Se trata de conversar mirándose a los ojos y sentirse atraídos como si siempre fuera novedoso, como si siempre fuéramos novedosos, incluso desnudos después de mucho sexo, olores, emociones, colores y formas.,,
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...La novela que nunca escribí se trata de lograr ser el mejor de los poemas, de esos que vale la pena leer por lo menos una vez al año, para volver a apreciar la belleza de las cosas.
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Se llama tú la novela, se llama yo, se llama el instante que alguien se atrevió a denominar nosotros; porque nosotros es demasiado, demasiado para poder ser perfecto y no desvanecerse en ese intento absurdo de fusionar dos aires distintos, de pulmones distintos, de composiciones distintas, de intenciones distintas.
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La novela que nunca escribí no tiene propósito más que seguir adelante con todo lo que he decidido hacer, gracias a ti. Por eso a cada momento se trata de algo distinto, hasta que me detengo en tu risa, y descubro que la novela que nunca escribí se trata quizá exclusivamente de tu risa, y yo tonto no me había dado cuenta.
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La novela que nunca escribí se trata de tu risa, de hacerte reír preferentemente desnuda y en la cama, pero también de tu risa en la calle, sin mí (quizás sin ti), y, sobre todo, se trata de tu risa en mi imaginación, cada segundo que queda hasta, que, abro, los ojos...



Monday, November 02, 2015

Ser en el ser

Propongo entendernos a cada uno de nosotros como dos sistemas en interacción, uno biológico y finito, medible, y otro simbólico e infinito -mental- inconmensurable. 
El sistema biológico entrega una base o sustrato al sistema simbólico, es el cuerpo mismo y su funcionamiento sabido (científica y popularmente). El sistema simbólico, aún cuando surge desde la potencialidad productiva del sistema biológico, se posiciona desde la primera infancia como operador de éste (y de sí mismo), atendiendo a sus demandas, pero definiéndolo y utilizándolo como medio y nave para la consecución de sus propósitos; los que transitan desde la satisfacción de necesidades básicas, como alimentación y afecto, hasta aquellas más complejas, incorporadas mediante la interacción social y sustentadas en el lenguaje. 

Ser en el ser supone alojar en su totalidad el sistema simbólico en el biológico, dejar de entender, dejar la vida mental, o la vida sensorio-simbólica; anular la interacción permanente entre ambos sistemas (biológico y simbólico) y anular igualmente la autonomía del sistema simbólico en su sentido unitario, como un sistema cerrado; de tal forma que la mente deje de trabajar en planos racionales, se pierda la noción del tiempo e instale una consciencia básica del ser, que posiciona a todos los seres humanos y vivos en un mismo plano o estatus, el de ser en el ser.

conceptos: conciencia plena, mente en blanco, meditación, disolución del Yo.