Bizarrería Nacional
El fin último de la masacre refiere a pretensiones ecológicas y humanistas; ecológicas en tanto reducción de todo tipo de desperdicios contaminantes por extinción de la sobrepoblación mundial y el asesinato bien pensado de algunos de los próceres de la destrucción planetaria; y humanistas en tanto protección espiritual y material de quienes deciden o son seleccionados para continuar haciendo su vida, quienes gozarán de acceso gratuito a bancos de todo aquello reutilizable del cuerpo humano (tejidos, órganos, sangre), subsidio a todos sus proyectos (de cualquier índole) a condición de que aporten al desarrollo individual o colectivo sin perjuicio a sí o a terceros.
Todos quienes resulten muertos serán avisados con anticipación mínima de un mes, con tal de evaluar la situación junto al condenado y así abrir la posibilidad –muy remota- de ser redesignado para el grupo de los protegidos.
El trabajo de educación a la población respecto de las razones de las matanzas será constante y constituirá el pilar fundamental del buen funcionamiento del programa.