A los quince años abandoné el pueblo
Mas de inmediato comencé a extrañarlo
Abandoné lo mío ingenuamente
Hasta entonces no sabía de ocasos
Y mi primer ocaso fue a los quince
Si hubo otros da igual porque he olvidado
Se olvida se olvida -¡maldito olvido!
¡Maldito oscuro olvido involuntario!
Pero creo que he aprendido a olvidar
A evitar la agonía del vivir
A transformar el pasado en futuro
-A indeterminarlo haciéndolo nada-
¿Creerá alguien todo lo que he dicho?
La infernal resistencia mnémica
-Que ha dictado mi sentencia espiritual-
Me desmantela con su omnipresencia
Nuevamente el fracaso ha fracasado
Y debo decir que esto ha terminado
Mas no haré tal de irme sin explicar
Y mis sinceras excusas ahí van:
Os diré a los ojos que son las doce
Mi hora de oscurecimiento mental
-¡Que capricho! dirán- pero es mi sombra
La que a las doce hace eclipse total.
No comments:
Post a Comment