Valparaiso es a Santiago

Lo que Tomé es a Concepción.

Una analogía barata para llamar la antención de mis escasos lectores y así presentarles una vista parcial del paisaje que se entrega desde el cerro habitado más alto de Tomé: "El Santo".

En primer plano las casas en altura, luego, a la distancia, en la parte derecha de la fotografía, el pueblo en miniatura orillando la bahía; bajo las nubes, una franja de tierra que en realidad son dos franjas de tierra superpuestas por falta de dimensionalidad en la imagen; la primera de ellas es la Isla Quiriquina que da la espalda y oculta la porción de tierra continental que corresponde al puerto de Talcahuano, y que en su prolongación de izquierda a derecha, justo tras las copas de los árboles, acoge a la ciudad de Penco y al puerto de Lirquén.

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Fuera de foco, hacia la derecha de la imagen, se encuentra la escuela básica "Lisa Peter". Dicho establecimiento eduacional fui a visitar el día de esta fotografía que, tal como se aprecia, fue despejado y brillante luego de un prolongado periodo de lluvias y cielos opacos.

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En la ocasión asistí al lugar sin cámara fotográfica, pero gracias a la gentileza de un topógrafo en servicio, hoy día cuento con esta imagen, seleccionada de entre seis que, con razón de mi solicitud, me fueron enviadas vía e-mail por el amable geomensor.

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El apacible influjo de esta vista en exposición directa, genera una agradable sensación de bienestar y de conexión simbiótica con el mundo a través del aire que se respira, desfragmentando emociones y facilitando sonrisas espontáneas en muestra de agradecimiento con la vida y no como expresiones seductoras gestionadas racionalmente para modificar medioambientes sociales.

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La facultad vegetal de sustentar vida y homeostasis mediante nutrición por absorción de agua, luz y aire hubo de ser concebida por mi persona durante algunos minutos mientras descendía el cerro El Santo, camino a ser recogido por el furgón municipal que presta servicios al centro de salud para el cual trabajo.