Ser en el ser
Propongo entendernos a cada uno de nosotros como dos sistemas en interacción, uno biológico y finito, medible, y otro simbólico e infinito -mental- inconmensurable.
El sistema biológico entrega una base o sustrato al sistema simbólico, es el cuerpo mismo y su funcionamiento sabido (científica y popularmente). El sistema simbólico, aún cuando surge desde la potencialidad productiva del sistema biológico, se posiciona desde la primera infancia como operador de éste (y de sí mismo), atendiendo a sus demandas, pero definiéndolo y utilizándolo como medio y nave para la consecución de sus propósitos; los que transitan desde la satisfacción de necesidades básicas, como alimentación y afecto, hasta aquellas más complejas, incorporadas mediante la interacción social y sustentadas en el lenguaje.
Ser en el ser supone alojar en su totalidad el sistema simbólico en el biológico, dejar de entender, dejar la vida mental, o la vida sensorio-simbólica; anular la interacción permanente entre ambos sistemas (biológico y simbólico) y anular igualmente la autonomía del sistema simbólico en su sentido unitario, como un sistema cerrado; de tal forma que la mente deje de trabajar en planos racionales, se pierda la noción del tiempo e instale una consciencia básica del ser, que posiciona a todos los seres humanos y vivos en un mismo plano o estatus, el de ser en el ser.
conceptos: conciencia plena, mente en blanco, meditación, disolución del Yo.
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