Tuesday, September 25, 2007

Elbo Räschinn

Entre tanto esperar a que pasara, finalmente pasó, pero de largo. Y me quedé viendo como se alejaba hasta perderse como un gusano en la boca del túnel que apenas alcanzo a entender desde acá. Probablemente no sea un túnel, sino que uno de los tantos puntos ciegos que minan la conciencia de todos mis conocidos, amigos y familia. La mía no.
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En eso estaba Elbo Räschinn cuando de golpe vuelve a la mesa que lo espera con un plato de tallarines calientes bañados en salsa de tomates y uno que otro nanorepresentante de la carne de vacuno tan escasa en europa nororiental.
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Algunos tragos generosos de agua ardiente de alta gradación alcohólica trasladaron al susodicho hasta su casa en la precordillera andina de la Octava Región, Chile, y entonces logró caer en placentero y profundo sueño entre araucarias, conejos, truchas, lagartijas, cielo, culebras, agua, fuego, perros y centellas.
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