hora de once

Dulces árabes
Lechecita tibia
Una mujer de rostro perfecto
Con la nariz congelada de frío
Abrigo negro y bufanda
Invita con las galletas
Y me da un beso risueña
Nervioso me como una cucharadita de café
Amarga como la soledad
Y desaparece la once
Desaparecen los dulces
Desaparece la mujer
Me como las galletas con leche
Me acuesto para siempre
Despierto con la alharaca de unos gatos sobre mi techo
Tengo frío
Pienso en un mendigo durmiendo en un escaño escarchado
Y me duermo gracias a la injusticia social.