Saturday, August 25, 2007

El Califa Hipócrita

Así como bien dice el dicho popularizado “hay de todo en la viña del señor”, hay todo tipo de calentones.
El califa hipócrita es tal vez el más común, y al mismo tiempo el más desagradable de los califas.
Ahora bien, para ser justos relativizaremos el asunto, como siempre corresponde; habría que decir entonces: “un hombre dentro de todas las posturas califas que puede actuar, dependiendo del contexto en que se encuentra, habrá de concebir una especialmente desagradable para quienes la aprecien desde fuera; ésta será la de califa hipócrita”.

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El califa hipócrita es el que no bromea calentonamente, es más, eso podría llegar a molestarle de parte de algún animal que se acerque a sus mujeres cercanas, que probablemente no sean más que amigas del califa hipócrita, quien –habrá que agregar- es un hombre sumamente posesivo.
El amor de un califa difícilmente logra engullirlo una sola musa, sin embargo el califa hipócrita posee un espectro de hembras menor al de otro tipo de califa; tiene un abanico de posibilidades más bien reducido, por decirlo de algún modo. Es por esta razón que el califa hipócrita adquiere rasgos ciertamente obsesivos con las mujeres –sus amigas- que hipócritamente tiene en la mira.

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El caso particular de Jorge Cofré, o jorgito como le llaman sus amigas, es el del califa hipócrita con dificultades de contacto físico con aquellas hembras que ha de sentir como afectivamente más cercanas; situación agravada con la Margarita, quien además de compañera de estudios es vecina, y siempre anda olorosita, es tierna, dice quererlo como a un hermano, le pregunta con cual polera se ve mejor, quedando varias veces frente a él en puros sostenes. El califa hipócrita se limita únicamente a decir que prefiere la con mariposas verde limón en los hombros, realmente no le importa.

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La condición interior real de jorgito -el califa hipócrita- escapa de estas banalidades. Jorge Cofré se encuentra verdaderamente desesperado, angustiado, se hace paja tras paja recordando la última vez que escogió polera, o que la margarita le habló de cerca como haciéndolo en secreto y de pronto, repentinamente, lo abrazó con ternura, poniéndolo en serios aprietos pues pudo haber notado lo innegablemente erecto que lo tenía en ese momento. Pero la Margarita es ingenua, no entiende de esas cosas, y eso más lo calienta: que no lo note, que no lo entienda.

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Esta tarde el califa y la Margarita caminaron juntos después de clases, y desde luego el hecho de haber quedado solos comenzó de inmediato a calentar a Jorge Cofré, quien no tuvo mejor idea que –para prolongar aquel momento sublime- sugerirle a la joven que se sentaran un rato a conversar al sol.

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Hablaron de los profesores, sobre el trabajo para la próxima semana, de los ramos en general, sobre los padres de uno y del otro, pero Jorge Cofré nunca estuvo muy concentrado en la conversación. Lo que verdaderamente llama la atención de sus cinco sentidos era el olor que el viento arrastraba desde la Margarita hasta su rostro, el color pálido de su piel, los movimientos de sus manos, brazos y cabeza, su sonrisa, el grosor perfecto de sus muslos, sus pezones bajo la tela delgada y suave de su polera blanca. Todo esto comenzaba a perturbarlo, ya no daba para más, mantuvo su mano izquierda en el bolsillo del pantalón para evitar delatar una erección de término incontenible. Fue en ese momento que interrumpe el relato de la Margarita sobre el nacimiento de unos perritos para decirle –Margarita, sabes que te estaba mirando y nunca me había fijado en ese lunar. Entonces estira su brazo derecho (el otro está en el bolsillo) y con dos de sus dedos toca, apenas rozando, el pequeño lunar que se asoma por el escote de la Margarita, justo en el punto en que su pecho comienza a abultarse dando inicio a la falda de su seno izquierdo –que es un pellizco más grande que el derecho.

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Pobre califa hipócrita, hasta eyaculó un poco en ese dichoso momento. Pero para qué seguir hablando así de jorgito, también debe reconocerse que es muy buen amigo.
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6 comments:

nini said...

jajaja
vaya lunar erotico
...
muchos muchos
califas de todo tipo eh

en general todos son cobardes,
los valientes k toman la iniciativa..
nunca son califas evidentes
solo se lanzan sobre la presa
y eso es lo realmente exitante
..
el califa hipocrita agota
es un jote..
esperando k muera el ave
q muera de curá
de pava..
de desesperada..

:D

cumbiera intelectual said...

es tu autoBiografia??


=P

Daniela said...

Chico relato, no pude sacar de él, a mi querida amiga margarita, q se asemeja al personaje, no solo x los lunares, sino x el afán de los califas de querer tenerla como margarita d epeluche en su almohada.

Gran escrito primo, un mansaskey!
(jerga matina)

Daniela said...

Sabis primo, te quiero caleta, te encuentro un weon la raja, de verdad que te quiero, te admiro y te respeto mucho.
sí, estoy curada, pero eso solo hace q te quiera más.

DEsde queilen, con 30 marinos rodeandome, lloviendoa cagar

salud primo.



>Dani.

Anonymous said...

pobre califa ah, hasta eyaculó un poco, juaaujaujuaja
ha cierto grado de proyeccion en la historia
Pard8

Anonymous said...

parece que soy caliente hipocrita...pero es mejor que ser hueco y conocido...verdad???

salud!!!