Sunday, October 19, 2008

Hacerse el tonto con el imaginario

Un juego intelectual con repercusiones conductuales, transgresiones e incoherencias, negaciones que determinan aflicciones y una seguidilla de reparaciones. Intentos forzados y no tanto, enajenados y verdaderamente propios, que me mantienen, por periodos mentalmente prolongados, en la complicada y extenuante periferia del gran imaginario, que se me presenta de un tiempo a esta parte como el peso del mundo sobre todo lo que soy, obligándome a la reincoporación sólo por cansancio.
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No será fácil vivir en constante ir y venir. Todo ámbito de la vida se disuelve tras el umbral del fin del mundo y reaparece en el reingreso inevitable a este. Yo vislumbro esa puerta de escape, o por lo menos la imagino, con bastante frecuencia. El gran imaginario: herencia ineludible y convenios morales forjados con acero cerebral, emocional y venenoso. Quizás mortal.

2 comments:

Nati said...

Emocional y venenoso y mortal, deberian ir quizas dentro de una misma linea, se me hacen palabras absolutamente parecidas.

canastafamiliar said...

natedog